Autora: Julieta Moreno Molina

Médico de profesión, especialista y Magister en Bioética con experiencia en investigación en ética y género, ética narrativa y toma de decisiones al final de la vida. Amante de cómics y superheroínas.

 

“Francamente, La Mujer Maravilla es propaganda psicológica para el nuevo tipo de mujeres quienes deberían, según lo creo, dirigir el mundo.”
William M. Marston, marzo 1945

 

Desde su concepción, la Mujer Maravilla llegó a los escenarios buscando romper la cadena de superioridad moral con la cual debían vivir y actuar los héroes. A diferencia de sus homólogos masculinos Superman, Batman incluso el Capitán América, Diana[1] llega al mundo de los hombres a dar lección con acciones de valor ético y no morales, no se regiría por lo correcto de las costumbres, motivaría a la sociedad y cuestionaría a sus enemigos.  Tendría sabiduría, sería una estudiosa, lucharía por la equidad y los derechos humanos, pero en especial la Mujer Maravilla llegaría para ser feminista. Diana no tendría las respuestas por ser superior a los demás, ella cuestionaría la injusticia y la desigualdad, siendo figura y controversia si era necesario.

William Moulton Marston[2], afirmaba que los cómics eran un trabajo artístico y literario que podría modificar conductas sociales tal como lo hacen el cine y otras artes, por ello creía en incluir una heroína, alguien que personificara todas las cualidades que eran vistas como negativas en un super héroe masculino. Esos rasgos que cabían en la categoría de debilidad, en ella serían la razón del poder y la maravilla. Un ser indestructible que protege con gran poder a los inocentes y lucha contra la maldad del mundo no podía tener como banderas el amor, la empatía o compasión, y mucho menos ser atractivo o cariñoso, esas son cosas de chicas y ¿quién querría ser una? Pero si una mujer era al mismo tiempo poderosa, fuerte, compasiva, cariñosa y usaba esas características para la protección de todos los inocentes confiando en que el amor por sí misma y por los demás era el medio para alcanzar la igualdad y la paz, en ella no serían debilidades, serían la razón de su maravilla.  No sería inmortal o invencible, no se trataba de que fuera una super mujer, estaba destinada a ser cualquier mujer (Lepore, 2015).

La Mujer Maravilla, fue pensada por un hombre que reconocía a las mujeres como iguales, las mujeres que amó fueron sufragistas y defensoras del control de natalidad, su familia estaba establecida sobre libertades y círculos de poliamor. Contexto que no debía ser ajeno para su heroína pues debía llenar la necesidad de ser un modelo que seguir para todas las mujeres, pues para él la única esperanza de la civilización era mayor libertad, desarrollo e igualdad para las mujeres.

Durante 6 años su creador escribió o dirigió todos los textos de la heroína, a la que de acuerdo con Paul Levitz (2015), amamos por su confianza absoluta en sí misma, ideal construido para y por ella en las historias de Marston. A lo largo de esos años la Mujer Maravilla, sería una estudiante-investigadora en la universidad, trabajaría como enfermera y luego secretaria de inteligencia del ejército, sería una defensora de los derechos laborares de las mujeres al mismo tiempo que igualdad doméstica, exhibiría su atletismo como jugadora de béisbol, hockey y tenis, mientras practicaba natación y buceo, incluso llegaría a ser presidenta de los Estados Unidos. En esas historias se rodearía de mujeres a quienes fortalecería y vería empoderarse en cualquier campo; durante estos años los cómics tendrían una separata central presentando biografías de mujeres maravilla de la historia, científicas, políticas, médicas, enfermeras, deportistas o aventureras, buscando probar que no existía inferioridad, que solo se necesitaba confianza e inspiración para lograr sitios en los espacios monopolizados por hombres (Lepore, 2015).

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Luego de la muerte de su creador transcurrirían varias décadas donde su ejemplo seguiría siendo permanente, solo que su feminismo se diluyó y con ello se fue debilitando su confianza, cada vez necesitaría más ayuda, soñaría con casarse, daría consejos amorosos, trabajaría como modelo y actriz. Pero retornaría a manos de autores independientes como Trina Robins, o espacios de negociación sobre la inequidad entre superhéroes a finales de los setentas y durante los ochentas, cuando además llegaría a la televisión, representada por Linda Carter quien definiría su personaje como: “fuerza y belleza e inteligencia y compasión, ella era como la mujer ideal. Más bien el arquetipo de mujer” (Levitz, 2015).

Tras su llegada a cines este año, luego de más de 75 años de producción continua en los cómics, debemos reconocer que su espacio como heroína no lo debe a nadie más que ella misma, a su fuerza y el carácter controversial de sus verdades, con las cuales sin pretensiones de superioridad moral inspira a miles de mujeres a confiar en sí mismas y aceptar que cada una de nuestras cualidades pueden ser razón, maravilla y poder.

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[1] Diana, hija de Hipólita reina de las amazonas y Zeus rey del Olimpo, princesa guerrera de Temishira isla de la antigua Grecia, también conocida como Isla Paraíso, lugar donde las guerreras amazonas solicitaron vivir lejos de los hombres tras intentar ser esclavizadas por estos luego de que Hipólita venciera a Hércules, el hombre más fuerte de todos. De acuerdo con la narración original, 1941, por W.M. Marston la princesa Diana, es enviada a ayudar a Steven Trevor oficial del ejército americano a luchar contra el odio y la opresión en el mundo de los hombres, en América ultima ciudadela de democracia e igualdad de derechos para las mujeres. En 2011, La Mujer Maravilla reinicia como todos los personajes de DC.Cómics contada por Brian Azarello, Diana deja Temishira para buscar su lugar en el mundo sin motivos específicos más allá de encontrar su lugar lejos de ser leyenda, de acuerdo a la leyenda era la amazona perfecta no nacida de semilla masculina, en su lugar forjada de arcilla. Sin embargo, en un guiño a la tradición se incluye en la nueva versión de forma paralela, la llegada del oficial americano a isla paraíso, a quien Diana llama su tiquete de salida al mundo de los hombres, aclarando que es una vía no una razón.

[2] Psicólogo y Abogado, creador de la Mujer Maravilla, esposo de Elizabeth Holloway Psicóloga y Abogada, escritora, editora asociada de la edición de la enciclopedia inglesa; profesor y amante de Olive Byrne, Psicóloga defensora de derechos reproductivos, sobrina de Margaret Sanguer, feminista y líder de luchas sobre la autonomía sexual y reproductiva de las mujeres.

Referencias

Lepore, J. (2015). En The secret history of wonder woman. New York: Vintage Books.

Levitz, P. (2015). Why do we love Wonder Woman? En The litlle book of wonder Woman (págs. 7-13). Taschen.

Fotografía: Warner Bros/WonderWoman Movie.